lunes, 21 de abril de 2014

"Bueno mi gente como se dice en un final, humildemente, misión cumplida"



"No quiero que nadie llore si yo me muero mañana, ay que me lleven cantando salsa".
"Canta y olvida tu dolor".
"Como silencio guardé cantaron otros soneros".
"Quiero dejar, quiero dejarte mi rumba, pues como fuiste rumbero y vas para el cielo..."

Son interminables las frases que nos deja el maestro Cheo Feliciano, indudablemente se nos ha ido el último sonero y hablo en primera persona porque Cheo era "familia" y es imposible no sentirse huérfano ante la partida de una de las leyendas más importantes de todos los tiempos en la salsa, aunque todos sabemos que Cheo es inmortal, también es difícil aceptar que un festival de salsa no tendrá más su voz en vivo.

Cheo, el intérprete preferido de Tite Curet; el ídolo, amigo y confidente de Lavoe; el hombre que Blades imitaba para llegar a cantar en el grupo de Willie, el hombre que empezó como atrilero de Tito Rodríguez y luego marcó el inicio de la salsa con Joe Cuba y su Sexteto, se ha inmortalizado. 

Seguramente todos han escuchado la canción "El Cantante" de Héctor Lavoe, en uno de los pregones "El Jibarito" dice: "mi saludo a Celia, Rivera, Feliciano, ésos son grandes cantores", ese simple soneo revela lo que fue la trinidad de soneros en la salsa, Héctor, Ismael Rivera y Cheo, Celia también pero en esta ocasión hablamos de los boricuas, ellos fueron la malicia, fueron esos personajes que contaron la cotidianidad de la cultura latina, por eso el pueblo los hizo suyos.

"Cheo era un hombre súper inteligente. Eso es imprescindible para ser un gran sonero de la talla de Ismael Rivera y Héctor LaVoe. Ya el último miembro de la Trinidad de los Soneros Mayores se integra en el cielo", Willie Colón.

Cheo no era alguien que le cantaba a la masa, él le cantaba al oído a cada uno, en sus conciertos se le veía levitar entre una guajira, un guaguancó, un montuno y por último, un bolero, el género que lo hacía sublime.

"El Niño Mimado de la Salsa", como comúnmente era conocido tuvo una vida de altibajos, pero pocos como él lograron sobreponer el amor a la salsa por encima de la heroína, él le ganó la batalla a las drogas gracias al cariño de su esposa "Coco", la inspiración de su obra durante 50 años. 

Tite Curet también jugó un papel fundamental dentro de la vida de este sonero, cuentan que alguna vez el mejor compositor de la salsa puso en el cajón de Jerry Masucci, presidente de Fania, un paquete de canciones compuestas exclusivamente para cuando Feliciano saliera del centro de rehabilitación, entre ellas estaba "Anacaona", esa canción que el maestro grabara con Fania para hacer su camino como solista.

"Hoy, la muerte nos impone su condena, la de sus ausencias físicas, pero no podrá jamás obligarnos a olvidarlos, o a dejar de celebrarlos, y es allí donde la Parca pierde. La calidad de las obras de Cheo y de Gabo, la continuidad de sus argumentos de vida, todo termina venciendo al reclamo mortal del olvido y al escéptico acoso de la indiferencia", Rubén Blades.

Sonero, hoy Latinoamérica te llora con la promesa de recordarte en cada rumba donde suene ese "Ratón" o en cada momento íntimo donde suene "Amada Mía". Gracias Cheo por tanto, sos eterno y todavía no olvido la noche en que mi viejo, cuando apenas era un niño, me llevó de la mano a escucharte en el Polideportivo de Envigado, ahí comprendí que también hacía parte de tu "familia".

Por último quisiera recomendar un sublime disco de Cheo Feliciano llamado "Un Solo Beso", para mí es una obra maestra, por sus arreglos, por la capacidad vocal de Cheo siendo él un barítono, porque canta con el alma y porque se siente como un susurro o un cosquilleo en el oído al escuchar la faceta romántica de Cheíto.

Aquí les dejo uno de los temas:




viernes, 16 de agosto de 2013

¿Podrá existir otro Héctor Lavoe? Responde Willie Colón

¿Podrá existir otro Héctor Lavoe?

“¡Seguro que sí! En otra galaxia, u otra dimensión paralela, pero en este planeta no señorito. Estoy harto de todos esos payasos aprovechándose de su cuerpo de trabajo haciéndole ‘tributos’ y ‘homenajes’. Se creen que cotorreando sus soneos palabra por palabra es que están cantando. Es oportunismo descarado. Solo hay un Héctor Lavoe y que vengan los Marc Anthony, Van Lester y todos los otros payasos sacando billete a costilla de Héctor es triste. Más triste es que hay un público ignorante que lo acepte”.

lunes, 12 de agosto de 2013

Rafael Ithier, la personificación de la historia de la salsa



Por fin lo vi de cerca, no es un hombre, no sé qué es, pero saber que a sus 87 años sigue dirigiendo a su Gran Combo, simplemente es impactante. Bailaba, movía sus manos al compás de cada canción, sentía su salsa, esa música que lo ha salvado del cáncer, de la pérdida de amigos y de muchos otras dificultades. Rafael Ithier es la personificación de la historia de la salsa. Desde Maelo el "Sonero Mayor" hasta Andy Montáñez, desde Roena hasta Rafael Cortijo se han alimentado de la sabiduría musical de esta leyenda. Todos le deben mucho a este señor que hoy todavía lleva el cargo de rector en su llamada "Universidad de la Salsa", más conocida como El Gran Combo de Puerto Rico.


El Gran Combo es quizás la institución más fuerte del género, no se le considera una orquesta y ya, pues con más de 50 años ha logrado marcar la historia, crear un estilo e impulsar cientos de artistas que han pasado por sus filas o han estado relacionados con la agrupación.


Hay que desmentir la idea de que Rafael Ithier fue el fundador de "Los Mulatos del Sabor", pues este llegó de director tras ser reclutado por algunos de los ex miembros de Cortijo y su Combo, entre ellos Roberto Roena y el recién fallecido "La Bala" Pérez, éstos llamaron a Rafael para que se uniera en la aventura de dirigir una orquesta llamada el Gran Combo, Ithier aceptó y en 1962 comenzó una historia interminable, que aún hoy conserva sus raíces, sus músicos tradicionales y su gran director.

El Gran Combo es un ejemplo para casi todas las orquestas existentes, legendarias y contemporáneas. Mantiene su alineación original desde hace décadas, sus cantantes y músicos se han mantenido desde los inicios, a excepción de Andy Montáñez quién abandonó la agrupación para iniciarse como solista en el 77, pero ahí siguen Jerry Rivas, Charlie Aponte y Papo Rosario, todos con su voz intacta, en vivo son una máquina de sabor, transmiten alegría, nostalgia, poder al bailador. Cada canción es acompañada por coreografías clásicas salseras, otro ingrediente más para una receta llena de power salsero. 

Viendo a Rafael Ithier supe que lo que mantiene vigente a este grande a sus 87, es su música, es su salsa, es su Combo, es su "Universidad de la Salsa", creo que son los únicos que hasta el día de hoy conservan su sonido tradicional en tarima. Me quedo corto en adjetivos para esta orquesta, pero principalmente para Rafel Ithier, un hombre que me produce respeto, infinita admiración y amor. Para mí no es un hombre, es un dios del género que se quitó el orgullo en la pelea legal con "La Bala" y supo rendirle homenaje a su eterno compañero.

Q.E.P.D Eddie "La Bala" Pérez y espero poder disfrutar algunos años más a Rafael Ithier, pues mientras esté vigente y en vivo, ahí estaré presente, deleitándome con su contundente sabor.


viernes, 21 de junio de 2013

"El Cantante" nunca murió, solo se hizo inmortal




El 30 de junio ya serán 20 años desde que Héctor Juan Pérez abandonó esta tierra, pero Héctor Lavoe sigue vivo, en cada cabeza y en cada corazón de un salsero. Todavía, después de tanto tiempo promotores, managers y copias baratas siguen aprovechándose de la memoria del jibarito para vivir como jeques árabes. Marc Anthony, Domingo Quiñónes, Van Lester, entre otros, son esos imitadores que han irrespetado la memoria de un ídolo, vendiéndole al público la imagen de un drogadicto arrebatado y no de aquel personaje que se entregó al pueblo latino hasta el ultimo día de su vida. Quizás yo no sea un veterano melómano de los que pudieron verlo en vivo, pero desde pequeño al escuchar al "Cantante de los Cantantes", sentí una química que nunca había sentido por ningún artista o género, al crecer supe que la mayoría de los barrios sentían lo mismo que yo y eso se debe a la malicia, el feeling, la versatilidad y el talento de Héctor.

En esta ocasión no creo ser yo el indicado para escribir algo en homenaje a un dios de la salsa como Héctor, pero sí quisiera dar a conocer el prólogo del libro "Cada Cabeza es un Mundo" de Jaime Torres Torres. Éste fue escrito por Willie Colón, quien no necesita presentación, pues fueron hermanos, complices, guerreros de mil batallas y juntos crearon un monstruo llamado salsa.


Prólogo

"Y si el corazón llora...
Yo le digo que se calle".

EL corazón de Héctor Lavoe sigue siendo un misterio para las personas que tanto lo recuerdan y quieren saber más de su ídolo . Héctor Juan Pérez, el jibarito del barrio Machuelito de la cantera de Ponce, nos sigue cantando como nos prometió: desde "la otra vida". Creo que son raros los barrios de América donde no se escuchan los soneos del Cantante de los Cantantes resonando por las avenidas y callejones.

Aunque toda la vida quiso ser un malandro de barrio, por muchas razones no pudo sobrevivir en ese ambiente. Héctor y yo nos identificamos porque a ambos la vida nos cayó a pedrá desde el principio.

La vida de Héctor no fue un cuento de hadas. Sus destrezas, su fama y su breve fortuna fueron adquiridas con el caro precio de sangre, sudor y sufrimientos. Aunque pudo superar las malas experiencias a través de toda su vida, el cúmulo de todo esto inculcó en él una soledad aplastante. Dicen que es mejor estar solo que con mala compañía, pero en el caso de Héctor Lavoe, cualquier compañía era buena. Y fue esta soledad la que le tejió una telaraña de la cual no pudo escapar. Solo, aún rodeado de gente.

Creo que fue ese corazón de jibarito el que lo hizo vulnerable a los joseadores y las marañas de la calle. Siempre espléndido y generoso, a veces la gente pensaba que él lo hacía para darse importancia. Pero algunos de sus amigos sabían que era que a veces le daba vergüenza el hecho de que no supo decir la palabra "NO". Ese detalle fue el colmo. Sobrevivir en ese ambiente requiere saber decir NO. La seducción y el éxtasis de la fama conllevan a un precio muy caro. La fama es tan adictiva como la heroína, tan fugaz como una quimera y tan inconstante como una mujer. Incondicionalmente necesitada e implacable en sus exigencias.

Héctor llegó a Nueva York; un jibarito pícaro. Jovencito, con maña y muchas ganas de triunfar. Un flaco bonitillo con mucha labia. Héctor era brillante, tenía un sentido del humor que era como un látigo para aquel que se atreviera a meterse con él. Tenía un impresionante repertorio de refranes y un vocabulario lírico y de estilos musicales sin igual, Por eso cuando yo quería hacer una canción en cualquier estilo, sea tango estilo Gardel, una bomba estilo Maelo o un mapeyé estilo Chuíto, Héctor lo entendía y lo ejecutaba sin perder un compás.

Si estudiamos bien las primeras grabaciones que nos ganaron el aclamo del público y recordamos nuestros éxitos más importantes como binomio, escucharán a un Héctor Lavoe claro, derecho, brillante y simpático. Juntos componíamos fácilmente. Héctor solo necesitaba que alguien se sentara con él y las ideas fluían como agua de una fuente.

Hoy día, solo nos presentan un Héctor Lavoe contorsionado, cantando arrebatado y hablando sucio. Esto se debe al talento limitado de sus imitadores, que solo les alcanza para hacer muecas de una caricatura de Héctor Lavoe. Homenajes siniestros que son meras oportunidades para promover artistas de poca creatividad y menos escrúpulos. Promotores y empresarios lo explotaron hasta el fin. Hasta en su agonía siguieron vendiéndolo y exhibiéndolo cuando ya no podía ni con su alma. Hoy continúan los tributos.

Productores le montan obras teatrales y hasta películas, sin hacer las investigaciones apropiadas y sin entender quién era Héctor Lavoe. Otros se han apoderado del libro de sus arreglos musicales y siguen usando el nombre de Héctor para una orquesta, recaudando fondos para caridades nebulosas.

La maldición de Héctor Lavoe no terminó con su muerte. Su espíritu sigue agonizando, atormentado por los que siguen viviendo de su nombre y ganando buena plata, mientas Héctor estuvo durante casi diez años en un cementerio sin una lápida. Gente que no lo conocían, que nunca hicieron nada por él, y que seguirán enriqueciendo a costilla de Héctor de cualquier manera.

De parte de Héctor Lavoe, le doy las gracias a Tite Curet Alonso, Héctor Maisonave, Arturo Franklin, Ismael Rivera, Cheo Feliciano, Rubén Blades y todos aquellos que contribuyeron de manera positiva en la vida de Héctor. Qué aquí en la tierra se haga justicia. Que se reconozca y respete el legado y la memoria de una verdadera estrella de los cielos puertorriqueños y el mundo: nuestro "Jibarito Guillado" Héctor Lavoe.


Willie Colón


"Rompe Saraguey", una de las canciones preferidas de Héctor, siempre la cantaba haciéndole un homenaje a   la santería.

De los últimos reencuentros de Héctor y Willie, fue en Panamá en el año 88 donde interpretaron varios de los temas que los consolidaron como binomio.

martes, 28 de mayo de 2013

Rubén Blades cantó para los salseros de verdad en Medellín



Cuando muchos esperaban escuchar sus temas más comerciales, Rubén llegó entrando con "La Rosa de los Vientos", una canción que produjo él mismo con el grupo Editus de Costa Rica en Panamá.  Pocos conocían este tema, pero los salseros y melómanos vivieron con fervor el concierto que dio "El Poeta de la Salsa". Cuando la multitud iba abandonando el estadio como si tuvieran en frente a un desconocido, los amantes de la música antillana coreaban con más fuerza canciones como "Ojos de Perro Azul", "Caína", "Buscando América", "Muévete" y "Padre Antonio y su Monaguillo Andrés". Blades supo cuál era su público y le brindó el concierto a ésos que conocen su discografía, que no van a un concierto por ser gratis, que investigan una por una, cada canción en un disco, a ésos se entregó al lado de la orquesta de Roberto Delgado, que por cierto me pareció excelente.

Algunos de sus éxitos más comerciales también hicieron parte del repertorio del panameño, "Buscando Guayaba", "Plantación de Adentro", "Amor y Control", "Pedro Navaja", "Decisiones" y "Ligia Elena" sirvieron para entretener a la maza.

El momento cumbre llegó con el homenaje al "Cantante de los Cantantes", ése que Blades ayudó a inmortalizar con un tema autobiográfico que tituló "El Cantante", quizás más acorde con la triste vida de Héctor que con la exitosa de Rubén que mientras entonaba esta canción afirmaba que Lavoe nunca ha muerto en el corazón de los salseros.

Me quedo corto en adjetivos para calificar este evento, fue un ejemplo para el negocio actual de la salsa que ha venido en decadencia por la falta de recursos para contratar a un cantante con su orquesta original. Como añoramos los melómanos aquella época en que Willie viajaba con Joe Torres, José Mangual, Lewis Kahn, Milton Cardona y sus músicos originales, ahora solo podemos ver al "Malo del Bronx", acompañado de la orquesta de Fernandito Pabón, El Grupo Caneo o El Grupo Galé, que sin demeritar, no tienen el recorrido, ni el sonido tradicional clásico de los 70 y 80.

Gracias Rubén por darle prioridad a tus seguidores de verdad, fue triste ver cómo muchos salían del concierto antes de acabarse, pero para nadie es un secreto que en Medellín muchos prefieren el reggaeton, el vallenato, las rancheras y todos aquellos géneros heredados de la narco-cultura paisa. Pero todavía somos muchos los que vamos a conciertos a revivir una época del pasado, a escuchar crónicas hechas canciones de un género llamado salsa que habla de las realidades del común, ésas a las que muchos se le hacen los sordos, por el simple hecho de que comprometen al pensamiento.

¡La Salsa Vive!


viernes, 17 de mayo de 2013

El padre de La Fania All Stars, "El Zorro de Plata"






Juan Azarías Pacheco Kinipin, más conocido como Johnny Pacheco nació en Santiago, República Dominicana, sus inicios en la música llegaron de la mano de su padre, un dominicano que en la dictadura de Trujillo poseía la mejor orquesta que había en aquella época, Orquesta Santa Cecilia. El dictador Trujillo eran tan fanático de ésta  que quería cambiarle el nombre y ponerle la orquesta del presidente Trujillo, esto generó inconformidad en la familia de Johnny, por lo  que se vieron obligados a emigrar a Estados Unidos.

A la edad de 11 años Pacheco experimentaba con instrumentos como la tambora, el clarinete, saxofón, el violín y otros  de percusión. Su padre siempre fue su maestro, era quien lo motivaba a meterle mano a la música. En plena posguerra la familia de Johnny se estableció en el Bronx, cuna de la salsa neoyorquina.


Pacheco con su gran oído musical hacía parte de las grabaciones de músicos estadounidenses como Tony Bennet. Julliard una de las academias más importantes de música en el mundo lo acogió como estudiante, en ésta logró perfeccionarse y desarrollar el talento que  más tarde lo llevaría a fundar al lado de Jerry Masucci La Fania All Stars.


Johnny Pacheco afirma que sus inicios en la música antillana se los debe al músico cubano Gilberto Valdés, con éste, "El Zorro de Plata", tocaba el timbal.


Para el año 59 Pacheco ya contaba con su propia charanga, paradójicamente su primer grupo solo duró cuatro años porque escaseaban violinistas cubanos que quisieran tocar este tipo de música, los que había se enfocaban por lo clásico. Algunos gringos quisieron pertenecer a la charanga de Pacheco, pero según él, éstos no tenían el sabor que se necesitaba para este tipo este género.


Él soñaba con juntar a un grupo de músicos y cantantes de alto nivel para conformar una agrupación que pudiera tocar música latina, influenciada por diferentes ritmos cubanos y también por el jazz. Cuando conoce al abogado Jerry Masucci deciden invertir en una producción llamada "Cañonazo", el vocalista era Pete "El Conde" Rodríguez. Poco a poco fueron reclutando una lista de cantantes y músicos que harían la historia de la salsa.


La versión 1971 de la Fania All-Stars (para muchos, el elenco original de esta legendaria orquesta) surge de la fusión de 6 de las orquestas más populares de Fania Records. Y su antológico show en el club Cheetah el jueves 21 de agosto de 1971 marca no solo el inicio de la leyenda que los acompaña al sol de hoy, sino también el inicio del boom Salsero de los 70.

Pacheco más conocido como "El Zorro de Plata", ha grabado y compuesto más de 150 canciones, productor, arreglista, director y flautista, le dio inicio a una leyenda llamada Fania, que gracias a ésta es que artistas como Héctor Lavoe, Willie Colón, Rubén Blades, Larry Harlow, Adalberto Santiago, Papo Lucca, Bobby Valentín y muchos más se dieron a conocer en la salsa.


Gracias Johnny porque a tus 79 años de edad llevas una historia que vos mismo construiste.




lunes, 6 de mayo de 2013

El gran "Tite" Curet Alonso



Hay canciones en la salsa que todo el mundo ha escuchado, inclusive aquellos que no sienten afinidad por el género, simplemente son canciones que le han dado el motor y el empuje a esta música. Algunas de ellas son "Juanito Alimaña" en la voz de Héctor, también "Plantación de Adentro" en la voz de Rubén o aquel tema de Roena llamado "Marejada Feliz". Todos los anteriores vienen de la inspiración de una sola persona, un compositor nacido en Guayama, Puerto Rico, artífice de más de 2000 canciones las cuales en su mayoría fueron interpretadas por Cheo Feliciano, Ismael Rivera, Hector Lavoe, Rubén Blades, Pete "El Conde" y otras leyendas que perseguían al maestro Tite Curet Alonso para grabar sus obras.

Catalino Curet Alonso nació un 12 de febrero del año 1926, en su niñez y adolescencia siempre estuvo rodeado de la realidad del barrio, aquellos acontecimientos del diario vivir de las clases bajas, esos temas que no tocan a la clase alta, pero sí a gran parte de la población que se ve reflejada en las historias del gran "Tite".

Sus amigos  eran Rafael Cortijo, Ismael Rivera y el "Anacobero" Daniel Santos, todos ídolos del pueblo. "Tite" es de los pocos involucrados en la música antillana que lograron estudiar una carrera, la de él fue periodismo, quizás una profesión que también le aportó a su carrera como compositor.

Las historias de "Tite" contienen una carga emocional increíble, no se puede escuchar "Guaguancó del Adiós" o "Marejada Feliz" sin erizarse la piel, sus letras no hacen parte del cliché romántico que solo hace pertenece a las ficticias nóvelas, no, las historias de "Tite" son realidad, son amor frustrado, son maliantes de barrio bajo, esos que se creen los guapos en "las selvas de cemento", son familias que visitan a sus difuntos homenajeándolos "Sobre una tumba humilde", es aquel hombre que ya no recuerda un "Periódico de ayer", es ese obrero "Juan Albañil" que paradójicamente no puede entrar al edificio que construyó porque es prohibido para él.

Gracias a "Tite" por tanto, tu capacidad como escritor logró inmortalizar el género y así será por mucho tiempo, a pesar de tu muerte en el día a día de la sociedad latinoamericana se repiten tus historias, cada que suena una canción tuya vuelves a vivir, porque ahí está el gran Tite Curet.

"Tite" Curet Alonso

12 de febrero de 1926 - 5 de agosto de 2003